El lector será testigo una y otra vez de cuán actual y al mismo tiempo independiente de la época el Espíritu de Dios trata la situación del mundo, cómo Él se refiere a temas relativos a la manipulación genética o al cambio climático, y cómo Él casi al mismo tiempo estremece, da consuelo y alivio y nos exhorta a tomar una decisión.